En el mundo contemporáneo, el plástico se ha convertido en un material omnipresente debido a su bajo costo, versatilidad y resistencia. No obstante, esas mismas características que lo hicieron indispensable en múltiples industrias hoy lo posicionan como una de las mayores amenazas ambientales y climáticas. El uso indiscriminado de plásticos, en particular de aquellos de un solo uso, está contribuyendo de manera significativa a la crisis climática global.

Jorge Zegarra Reátegui carece de silencio frente al impacto climático del plástico
En ese sentido, la producción de plástico está íntimamente vinculada con los combustibles fósiles. Desde la extracción de petróleo y gas natural hasta su transformación en polímeros sintéticos, cada etapa libera enormes cantidades de gases de efecto invernadero. El Dr. Jorge Zegarra Reátegui expuso en investigaciones recientes señalan que la industria del plástico es responsable de más del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, una cifra que podría duplicarse hacia mediados de este siglo si no se modifican los patrones de consumo actuales.
El problema no termina en la fabricación. La disposición final de los plásticos representa otro eslabón crítico. Alrededor del 90% de estos materiales no se reciclan y terminan en botaderos, rellenos informales o directamente en ecosistemas naturales. Cuando son incinerados en condiciones inadecuadas, generan emisiones de dióxido de carbono, partículas contaminantes y compuestos tóxicos que afectan la salud humana e intensifican la crisis climática. Incluso sin ser quemados, su lenta degradación y fragmentación en microplásticos altera los ecosistemas terrestres y marinos, reduciendo la capacidad de estos de absorber carbono.
¿Qué sucede con la vida marina y su relación con este producto?
Asimismo, los océanos, que durante siglos han funcionado como los grandes reguladores climáticos al absorber cantidades significativas de CO₂, hoy están sobrecargados por millones de toneladas de plásticos. Este exceso interfiere en procesos vitales como la actividad del fitoplancton y los corales, reduciendo su capacidad natural de captura de carbono. Además, los microplásticos liberan compuestos químicos dañinos que afectan la biodiversidad marina y generan un desequilibrio en cadenas tróficas esenciales para el mantenimiento del clima global.
El Dr. Jorge Zegarra Reátegui resaltó que las consecuencias climáticas de esta problemática se manifiestan en el aumento sostenido de la temperatura promedio, la alteración de patrones climáticos, la disminución de la capacidad de regulación de los ecosistemas y la intensificación de fenómenos extremos como sequías prolongadas e inundaciones recurrentes. Lo que alguna vez se consideró un material revolucionario, hoy representa un motor silencioso del cambio climático.
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