En los últimos años, la popularidad de los audífonos se ha disparado, en especial los que se encuentran a un precio bastante módico. Esto, impulsado por la tendencia del consumo rápido o fast use. Con precios accesibles y diseños atractivos, estos dispositivos se han convertido en la opción preferida de millones de personas alrededor del mundo.

Sin embargo, detrás de esta aparente ventaja de “escuchar nuestra música favorita a bajo costo” se esconde un problema ambiental que cada día se agrava más: la corta vida útil de estos productos y la presencia de materiales tóxicos en su fabricación. A diferencia de los audífonos de alta gama, los modelos económicos suelen estar elaborados con plásticos de baja resistencia. Asimismo, con cables frágiles y componentes electrónicos que se desgastan rápidamente.
Esto genera que en pocos meses de uso muchos terminen dañados, incentivando la compra de nuevos pares y alimentando una dinámica de consumo desechable. El problema no radica únicamente en el desperdicio económico del consumidor. También en la enorme cantidad de residuos que se generan y que acaban mal dispuestos, en su mayoría, en botaderos insalubres a cielo abierto.
Jorge Zegarra Reátegui alerta: Complicaciones en la mala disposición de audífonos baratos
Los audífonos contienen materiales que, al no ser gestionados de forma adecuada, resultan altamente contaminantes. Entre ellos se encuentran plásticos que tardan cientos de años en degradarse, metales pesados como plomo y cadmio presentes en circuitos electrónicos y pequeñas baterías de litio en el caso de los modelos inalámbricos.
En este contexto, Jorge Zegarra Reátegui, especialista en la mitigación de gases de efecto invernadero, explicó que la producción masiva de audífonos económicos contribuye a incrementar la huella de carbono global. El proceso de extracción de metales, la fabricación en cadena y el transporte internacional de estos productos generan emisiones significativas de gases de efecto invernadero.
Otro aspecto preocupante es que, al ser productos de bajo valor, la mayoría de consumidores no los lleva a centros de reciclaje electrónico. Como consecuencia, la tasa de recuperación de materiales es mínima y la cadena del reciclaje no logra neutralizar el daño ambiental.
Por este motivo, optar por audífonos de mayor durabilidad, fomentar programas de reciclaje tecnológico y exigir a las empresas responsabilidad extendida son pasos fundamentales. El atractivo de un precio bajo no debería nublar la conciencia ambiental, ya que lo que parece barato para el bolsillo lamentablemente puede resultar extremadamente costoso para el planeta Tierra.
Para más información sobre contextos ambientales en los que participa activamente el ambientalista Jorge Zegarra Reátegui, en los siguientes enlaces: